RESILIENCIA: El Gran Aliado a Través de las Crisis

¿Sientes que la vida te pone todo el tiempo a prueba? Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite. ¡Ánimo! En este post te voy a contar cómo ‘encontrarte al borde del abismo’ puede brindarte la oportunidad de desarrollar las habilidades necesarias para enfrentarte a los diferentes retos que la vida te depare.

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1/20/20248 min leer

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Hola!

¿Te sientes constantemente enfrentada a situaciones que te llevan al límite de tus capacidades?

Quizá una enfermedad, una ruptura de pareja particularmente dolorosa, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, o problemas económicos.

Sea cual sea la situación o situaciones, tus estructuras mentales y emocionales se salen de su centro y te cuestionas si tendrás la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante.

Si algo de esto resuena contigo, sigue leyendo porque hoy te voy a hablar de tu poder de RESILIENCIA.

  • RESILIENCIA: ¿Qué es y para qué sirve?

Resiliencia es tu capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite, sobreponerte y salir fortalecida de ellas, utilizando esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo tu potencial.

Ante las circunstancias confrontantes de la vida, como las que mencioné antes, u otras que estés atravesando, tienes dos opciones: dejarte vencer y sentir que has fracasado o sobreponerte y salir fortalecida. En la segunda opción, apuestas por la resiliencia.

Si eres una persona resiliente entonces no consideras que la ‘vida es dura’, sino que existen momentos difíciles que debes enfrentar y de los que debes aprender. Se trata de una manera diferente y más optimista de ver el mundo, ya que eres consciente de que después de la tormenta siempre llega la calma.

¿Te identificas con esta forma de ser?

Si has respondido que no, no te preocupes porque ahora te voy a enseñar cómo ejercitar este ‘super poder’.

  • ¿Cómo puedes ser más resiliente?

Te doy una buena noticia. Resiliente no se nace, sino que te haces resiliente. Es decir, que es una cualidad que puedes desarrollar a lo largo de tu vida.

Es cierto que algunas personas son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir. Sin embargo, la mayoría han encontrado el camino por sí solas atravesando situaciones adversas de las que han aprendido sus lecciones.

Lo más importante, aunque han probado varias veces el sabor del fracaso, no se han dado por vencidas y la paga por su persistencia ha sido acrecentar su resiliencia.

En este punto me quiero detener por un momento para decirte que yo me considero dentro de este segundo grupo, es decir entre quienes han aprendido “a los golpes”. Siéndote sincera, me siento muy afortunada porque me ha dado la posibilidad de vivir una vida más consciente y emocionalmente equilibrada.

No me atrevo a desearte lo mismo, cada uno tiene sus caminos y procesos, pero puedo asegurarte de que este es uno muy potente. ¡Sigamos!

  • INTELIGENCIA EMOCIONAL: Relación con la Resiliencia

Conocer la vinculación entre la resiliencia y la inteligencia emocional nos lleva a comprender cómo estas dos cualidades trabajan en armonía para desbloquear el máximo potencial personal.

Mientras que la resiliencia es tu capacidad de enfrentarte y salir fortalecida de las adversidades, la inteligencia emocional se centra en reconocer y manejar las emociones propias y ajenas.

Me gusta pensar a la inteligencia emocional como el faro que ilumina el camino hacia la resiliencia. Al ser consciente de tus emociones, puedes entender mejor las experiencias difíciles y desarrollar estrategias para superarlas. La habilidad de regular las emociones te permite enfrentar los desafíos con calma y claridad, construyendo así la base para la resiliencia.

Cuando combinas resiliencia e inteligencia emocional, alcanzas un equilibrio poderoso. La resiliencia te ayuda a mantener la firmeza frente a la adversidad, mientras que la inteligencia emocional te guía en la comprensión profunda de tus propias reacciones y las de los demás.

Juntas, estas cualidades te permiten adaptarte con gracia a los cambios, aprender de las experiencias y aprovechar al máximo tu potencial personal. Cultivar esta combinación es como abrir la puerta a un viaje de autodescubrimiento y crecimiento continuo.

¿Notas la importancia de desarrollar ambas cualidades?

Ahora te voy a hablar de cómo darte cuenta cuando estas ante alguien altamente resiliente.

  • ¿Qué caracteriza a una persona resiliente?

Antes de darte una lista, no taxativa de características, te repito que todo ello se puede trabajar y desarrollar. Ese debería ser justamente tu objetivo si lo que deseas es vivir una vida más consciente y equilibrada emocionalmente. Ok, ahí te van:

  1. Autoconsciencia de potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor. Estas personas saben cuáles son sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. De esta manera pueden trazarse metas más objetivas que no solo tienen en cuenta sus necesidades y sueños, sino también los recursos de los que disponen para conseguirlas.

  1. Confianza en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que no pierden de vista sus objetivos y se sienten seguras de lo que pueden lograr.

  1. Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. A lo largo de la vida enfrentamos muchas situaciones dolorosas que nos desmotivan, pero las personas con un alto nivel de resiliencia son capaces de ver más allá y asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer. Saben que esos momentos no serán eternos y que su futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto?

  1. Practican el mindfulness o conciencia plena. Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria, las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y tienen una gran capacidad de aceptación. Para estas personas el pasado forma parte del ayer y no es una fuente de culpabilidad y zozobra mientras que el futuro no les aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones. Son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho. Disfrutan de los pequeños detalles y no han perdido su capacidad para asombrarse ante la vida.

  1. Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Las personas resilientes son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas, pero eso no implica que no sean optimistas. Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos.

  1. Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Las personas que practican la resiliencia saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.

  1. No intentan controlar las situaciones, sino sus emociones. Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las manos, nos sentimos culpables e inseguros. Sin embargo, las personas con capacidad de resiliencia saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodas, aunque no tengan el control. Se centran en cambiar sus emociones, cuando no pueden cambiar la realidad.

  1. Son flexibles ante los cambios. A pesar de que las personas resilientes tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.

  1. Son tenaces en sus propósitos. El hecho de que los resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia estriba en que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella. Estas personas tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que se proponen.

  1. Afrontan la adversidad con humor. Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad y sacar una broma de sus desdichas. La risa es su mejor aliada porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.

  1. Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo, para ello, son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda.

Como te habrás dado cuenta, en todos los puntos mencionados, se fusionan la resiliencia con la inteligencia emocional. Por eso es tan crucial enfocarte en tu desarrollo personal ya que comprende ambos conceptos.

Se trata de un proceso, así que no te abrumes pensando que te faltan aquellas cualidades o tienes pocas de ellas. El desarrollo personal, que incluye a la inteligencia emocional, es un camino de un paso a la vez que implica adoptar ciertos hábitos y enfoques en la vida diaria.

Concentrarte cada día en lo que puedes hacer para incrementar tu poder de resiliencia y veras como será la sumatoria de pequeñas acciones la que te lleve a un alto grado de resiliencia.

  • ¿Como incrementar mi resiliencia?

La resiliencia se vincula muy estrechamente con el nivel de energía del que dispones. De forma que tener más energía te da una mayor capacidad para autorregular tus emociones, pensamientos y comportamientos. Esto te permite elegir cómo responder ante las diferentes situaciones que se te presentan, en lugar de reaccionar automáticamente.

Sellar las "fugas" de energía a lo largo del día para no desperdiciarla es la clave para construir y mantener tu resiliencia. Dormir lo suficiente, de forma ininterrumpida y profunda, también es esencial para construir tu resiliencia.

Se pierde más energía debido a la acumulación de sentimientos sutiles como la preocupación, la tristeza o la frustración. Algunas de las hormonas producidas durante una interacción estresante permanecen en tu sistema durante muchas horas y pueden afectar tu capacidad para concentrarte y pensar con claridad.

Dicho esto, aquí hay algunas sugerencias que puedes ejercitar:

  • Cultiva el pensamiento positivo: Fomenta una mentalidad optimista, busca lo positivo en situaciones difíciles y trabaja en cambiar pensamientos negativos por otros más constructivos.

  • Desarrolla redes de apoyo: Mantén conexiones significativas con amigos, familiares o grupos de apoyo. Está comprobado que recibir apoyo emocional fortalece tu capacidad de hacer frente a desafíos.

  • Aprende de las experiencias: En lugar de ver los obstáculos como fracasos, míralos como oportunidades de aprendizaje. Reflexiona sobre las lecciones que puedes extraer de cada situación.

  • Desarrolla habilidades de resolución de problemas: Enfrenta los problemas de manera proactiva y busca soluciones prácticas. Desarrollar habilidades para abordar los desafíos contribuye a fortalecer la resiliencia.

  • Cuídate: Prioriza tu bienestar físico y emocional. La alimentación balanceada, el ejercicio regular y el sueño adecuado son fundamentales para mantener la resistencia ante la adversidad.

  • Practica la gratitud: Reconoce y aprecia las cosas positivas en tu vida. La gratitud puede ayudar a cambiar la percepción de las dificultades y fortalecer la resiliencia.

La resiliencia es un músculo que se puede desarrollar con el tiempo, si así lo decides. Se trata de hacerte consciente de que tú eres la protagonista de tu vida y que son tus decisiones la que la moldean. Integrar estas prácticas en tu vida cotidiana puede marcar una gran diferencia en tu capacidad para enfrentar los desafíos con fuerza y determinación. Adelante!

¡Nos leemos en el siguiente post!

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