PROCRASTINACIÓN: El Enemigo De Tus Sueños

Si eres como el 95% de las personas, consumes muchas horas en las redes sociales o haciendo cosas intrascendentes, y al hacerte consciente te sientes culpable pues todo ese valioso tiempo se esfumó sin contribución alguna en alcanzar tu Vida Ideal. En este blog te enseñaré cómo remediarlo.

DESARROLLO PERSONALAUTOCONOCIMIENTO

2/23/202417 min leer

PROCRASTINACIÓN
PROCRASTINACIÓN

Hola!

¿Sientes que no avanzas en la vida? ¿Como si algo te detuviera de hacer lo que sabes que necesitas hacer para alcanzar tus objetivos?

Y aunque tienes sueños y metas que cumplir que implican un esfuerzo y “poner manos a la obra”, ¿te encuentras cada día haciendo las mismas cosas improductivas que no te llevan a ningún lado?

Si haz dicho, ¡eso me pasa a mí!, entonces déjame decirte que no estás sola. Somos muchas las mujeres, y me incluyo, que tenemos esta sensación.

Sigue leyendo para que sepas más de este ‘enemigo oculto’ al que por suerte ¡podemos combatir y vencer!

  • ¿QUÉ ES LA PROCRASTINACIÓN?

La procrastinación es la acción o hábito de aplazar actividades o decisiones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras actividades o distracciones más irrelevantes o placenteras.

Lo cierto es que, en mayor o menor medida, todas las personas procrastinamos en uno o más aspectos de la vida, de forma circunstancial o con asiduidad.

El problema surge cuando esta práctica se convierte en costumbre y ello genera dificultades en nuestra vida en algún área concreta, trabajo, familia, estudios; o en todas ellas.

Sin embargo las mujeres en particular somos portadoras de un “hándicap” que nos hace proclives a procrastinar en algo muy importante, alcanzar nuestros sueños.

Me explico. Los mandamientos sociales que pesan sobre nuestro género, en forma más o menos consciente, nos exigen ser buenas madres, esposas, profesionales, proveedoras -en especial si somos “madres solteras”-, y todo esto deja poco espacio para lo que realmente nos hace felices.

Cuidado, no quiero decir que cumplir esos roles no nos pueda proveer felicidad o un sentimiento de realización sano. Me estoy refiriendo a que a muchas mujeres nos sucede, y de nuevo me incluyo, que llega un momento de la vida en el que nos damos cuenta de que no estamos haciendo lo que realmente nos llena, nos da satisfacción y, en definitiva, nos hace verdaderamente felices.

Si has leído mis posts anteriores, en los que cuento mi vida, sabrás de que hablo. Si te interesa, te invito a que los leas en el apartado “Mi Historia”

Ok, tal vez te estes preguntando: ¿Y qué tiene que ver todo esto con la procrastinación? Pues, tiene mucho que ver.

Como te decía, somos muchas las mujeres que pasamos por esta fase de insatisfacción, lo que suele llamarse “crisis de la mediana edad”, y también muchas –aunque no todas-, las que decidimos pasar a la acción implementando cambios que nos acerquen a una vida más acorde a nuestros verdaderos deseos.

Esta suele ser una etapa ‘bisagra’ en la vida, en la que se inicia la ‘búsqueda de la felicidad’, frecuentemente tomando el camino de desarrollo personal, reconexión con la espiritualidad y la introspección” (y otras como yo hacen cosas más drásticas como divorciarse y dejar el trabajo).

Y aunque iniciamos con gran impulso, con ansias de lograr ese cambio deseado en nuestras vidas, y por supuesto hay quienes lo consiguen, muchas otras sucumben ante la procrastinación. ¿Y cómo es eso? Fácil, el cerebro, el ego y los paradigmas limitantes te llevan de nuevo al punto de partida, o directamente no te dejan salir del punto de arranque.

Mira, el cerebro está acostumbrado a determinada forma de pensar -donde tienen rol protagónico los paradigmas-, el cuerpo a cierta forma de obrar –la que implique menos desgaste energético para asegurar la supervivencia-, y, por si fuera poco, el ego se suma ‘opinando’ que mejor no intentes nada nuevo porque ‘no eres buena para eso’, ‘no valdrá la pena’ o ‘mejor deja las cosas como están’. Así es, todos esos elementos te juegan en contra a la hora de intentar cosas nuevas, aun cuando tú sepas o intuyas que hacer las cosas de forma diferente, aunque supondrá dedicación y esfuerzo, podría aportarte bienestar y mayor sentido de realización.

¿Te ha sucedido? ¡A mi muchas veces!

Te doy un ejemplo personal para que lo visualices mejor. Cuando decidí conectar con mujeres que estuviesen pasando por las mismas circunstancias que yo había pasado y de las cuales había aprendido lecciones que deseaba compartir, sentí un gran impulso y profundo deseo de tomar ese rumbo. Intuía que debía hacerlo y pensar en eso me aportaba una sensación placentera (oxitocina). No tenía dudas –ni tengo- de que debía hacerlo.

Hice muchas cosas, entre ellas iniciar una comunidad de mujeres a las que ayudaba a incorporar hábitos saludables (si leíste “Mi Historia’ sabrás que me refiero a Kala Milagrosas). La satisfacción fue inmensa.

Sin embargo, con el paso del tiempo y ciertas complejidades que se presentaron, sucumbí a una sensación de apatía que me alejo momentáneamente de mis objetivos. Y sí, como te estarás imaginando, en esa fase vino ‘de visita’ la procrastinación.

¿Y qué sucedió? Pues que comencé a pensar que el esfuerzo no merecía la pena, que mejor volver a lo conocido que me procuraba menos incertidumbre, y esfuerzo. Y siendo franca, la idea sonaba tentadora a veces.

Afortunadamente, fui reflexiva, hice introspección y logré darme cuenta de que me estaba autosaboteando. Entonces me enfoqué en detener ese bucle de pensamientos tóxicos y en reafirmar mi valía y capacidad para lograr el objetivo de ir tras mis sueños, de hacer oír mi voz, mi historia y mis aprendizajes para que otras mujeres se sirvieran de ellos.

¿Te das cuenta ahora cómo la procrastinación nos aleja de lo que verdaderamente deseamos?

Te daré otro ejemplo habitual.

Imagínate que tienes que escribir un artículo para tu trabajo, o para tu emprendimiento, para el que aún no tienes fecha de entrega. En ese momento te viene a la cabeza un pensamiento que te dice “antes de empezar sería mejor que revises la bandeja entrada email para saber si llegó algo importante” (así después no tienes que interrumpir la escritura).

Entonces, dejas abierto el documento donde solamente has llegado a escribir “ARTÍCULO” para revisar los emails. Obviamente no encuentras nada, ya que la habías revisado solo media hora antes, pero ahora te han dado ganas de ir al baño. Así que te retiras del escritorio por 5 minutos. No sucederá nada por un breve retraso.

Volviendo del baño, pasas cerca de la cocina y te invade el olor a café, así que te detienes por uno ¿y por qué no?, también un bocadillo.

Y mientras estás comiendo, ya en tu escritorio, miras la foto de tu familia y sientes el impulso de consultar tu celular por si tu pareja o hijos, o padre o quien sea, te ha escrito.

Luego de confirmar que no tienes mensajes, no puedes contenerte y revisas tu facebook, instagram, twiter y tiktok. No sea cosa que en la última hora haya acabado el mundo y eres la única que no lo sabe.

Y justo cuando estás viendo un video de baile buenísimo, te entra una llamada que dura otros 15 minutos.

Al final del periplo, vano, improductivo y hasta tonto, te das cuenta de que han pasado 2 horas y que ya no tienes tiempo para hacer el informe. ¡Y bueno, que se va a hacer! ¡Quedará para mañana! ¿Te suena?

Parece hasta gracioso, pero piénsalo, la verdad es que no tiene nada de divertido. En este ejemplo se trata de escribir un artículo, en el anterior, de vivir una vida con propósito.

¿Y sabes qué otra cosa puede suceder y de hecho es muy habitual que ocurra? Que en vez de restarle importancia al asunto –que ya de por si es grave-, te pongas nerviosa por no hacer lo que sabes que tienes que hacer y entonces te invada el estrés, la angustia y la culpa. Y claro, esto te sumergirá a un bucle más profundo de procrastinación, culpa e improductividad.

Si te interesa esta temática, te recomiendo que leas el blog anterior donde te hablo justamente de la Culpa y como salir de ella.

  • EXCUSAS HABITUALES DEL PROCRASTINADOR

Es bastante normal esgrimir algunas de estas excusas de vez en cuando, pero si lo haces habitualmente, entonces puede que estes procrastinando. Aquí te dejo una lista para que te caches a ti misma.

  • Lo haré o lo decidiré mañana

  • Tengo que prepararme (interminablemente) para hacer esta tarea o tomar esta decisión

  • Mejor no hago esto ahora porque será más fácil cuando haga otra cosa primero (y luego otra cosa, y luego otra, pero nunca abordas la principal)

  • No es tan importante hacerlo ahora mismo

  • No es el mejor momento

  • Me duele la panza/cabeza/tengo sueño/hambre

  • Mejor espero a ver si se resuelve solo (u otro toma la decisión por mi)

¿Te reconociste?

  • ¿POR QUÉ PROCASTINAS?

Las razones son variadas, pero en la base siempre se trata de reemplazar de forma más o menos consciente, una actividad o decisión que es importante pero no tan ‘cool’, por otra más fácil o placentera.

Sin embargo, si vamos más en profundidad encontramos matices. Aquí te van:

  • Perfeccionismo. ¿Eres de las que no quiere ‘entregar sus obras al mundo’ hasta que no estén perfectas? Ja ja, yo soy una, pero lo estoy tratando de revertir. Créeme, mejor hecho que perfecto. Si quieres profundizar en este tema, puedes leer el blog sobre perfeccionismo que salió hace un par de semanas.

  • Inseguridad. Piensas o sientes que no estás preparada para la tarea o decisión. Te da pánico salir de tu ‘zona de confort’ -o mejor dicho ‘disconfort’, porque piénsalo, en realidad no te sientes bien allí-. En el fondo tienes miedo al fracaso, ¿pero sabes qué? Si no lo haces, ya estás fracasando sin siquiera intentarlo.

  • Falta de motivación. Puede que la actividad a realizar no sea lo suficientemente motivante, esto es muy habitual. Ojalá todas las tareas que nos conducen a resultados brillantes fueran estimulantes y divertidas. Pero la verdad es que muchas de ellas, o la mayoría, no lo son y aun así forman parte del proceso y deben hacerse.

  • Pensar que funcionas mejor bajo presión. Es cuando crees que lo harás de forma óptima y a tiempo si lo haces con el mínimo margen de tiempo posible –táctica muy popular entre los estudiantes-. El problema es que agregas una cuota de stress que origina efectos nocivos en tu salud emocional y física.

  • CONSECUENCIAS DE LA PROCRASTINACIÓN:

Te lo mencionaba más arriba, pero me quiero detener con mayor profundidad en esto porque el impacto negativo en tu vida es realmente importante y tomar consciencia de ello es el primer paso para solucionarlo.

  • CULPA: Las tareas que se postergan y las decisiones que no se toman a la larga, o más bien a la corta, se transforman en problemas. Si encima eres procrastinadora consuetudinaria, es decir de las que no resuelve nada, entonces los problemas sin resolver tienden a acumularse y allí, está la formula perfecta para la culpa!.

    Te sentirás culpable por la no resolución, creerás erróneamente que no eres capaz, cuando en realidad no se trata de un problema de capacidad, sino de procrastinación. La solución está más cerca de lo que piensas.

  • PERJUICIOS EN TU SALUD: Cuando la procrastinación se vuelve recurrente, es decir que no pasa de vez en cuando sino todo el tiempo, con cada cosa que tienes que hacer o decidir, entonces tu autoestima se verá afectada, y como consecuencia tu salud emocional y física resultarán comprometidas.

    En el aspecto emocional puede comenzar con preocupación y ansiedad hasta alcanzar niveles de angustia y depresión.

    En cuanto a lo físico puedes sentir cansancio, dificultades para conciliar el sueño, malestares gástricos, e incluso tu sistema inmunológico puede verse comprometido. Recuerda que mente y cuerpo están íntimamente vinculados.

  • DIFICULTAD PARA ALCANZAR METAS IMPORTANTES: Si dejas que te gane la procrastinación, quizá tengas una vida ‘más fácil’ a corto plazo, pero recuerda que lo fácil siempre se vuelve difícil con el tiempo. No permitas llegar al final de tu vida sabiendo que pudiste haber hecho mucho más y mejor de lo que hiciste. Haz lo que tienes que hacer hoy para que al llegar ese momento te sientas orgullosa de ti misma. Creo que este es el mejor consejo que puedo darte.

  • FALTA DE PRODUCTIVIDAD: A nivel más práctico y hasta más fácilmente observable, tendrás falta de productividad que muy posiblemente se refleje en tus ingresos económicos. Las oportunidades de ascensos, nuevos puestos o incluso emprendimientos se te escaparán. Piénsalo.

  • PROBLEMAS EN LAS RELACIONES: Es muy factible que haya fricciones con tu pareja, especialmente si es una persona que se traza objetivos y trabaja con eficiencia por ellos. Peor aún si procrastinas en lo que tiene que ver con el vínculo afectivo. Supón que no puedes decidirte y accionar para pasar a una siguiente etapa en la relación o asumir compromisos en pareja.

    Y aquí va uno que importa mucho, la relación con tus hijos. Si los tienes o los quieres tener, siempre ten presente que eres su ejemplo. Es casi seguro que tus hijos emulen lo que ven en ti, el tipo de adulto que eres. Entonces piensa, ¿qué ejemplo quieres darles a tus hijos? Si te importa que ellos no sean adultos procrastinadores, asegúrate de que no sea eso lo vean en ti. ¿Te hace sentido?

  • ¿CÓMO SOLUCIONO MI PROCRASTINACIÓN?

Si te has reconocido como procrastinadora consuetudinaria, esto es que dilatas mucho tiempo, o directamente no haces ni resuelves lo que sabes que tienes que hacer y resolver, entonces te preguntarás qué puede hacer para solucionarlo.

¡Tranquila, vengo a tu rescate!

Te voy a hablar desde mi experiencia, lo que a mí me funciona. Y además te condensaré una serie de consejos y técnicas que otros profesionales recomiendan. Aquí te van:

  • CONÓCETE A TI MISMA & DEFINE TU PROPÓSITO: No me cansaré de decirlo, el AUTOCONOCIMIENTO es la clave para saber QUIÉN ERES y CUÁL ES TU PROPÓSITO. Es fundamental para lograr una vida con sentido y, en definitiva, ser feliz. No procrastines en hacer una profunda introspección, busca el tiempo y el espacio. Créeme, es el mayor acto de amor propio que puedes tener contigo misma.

    Cuando tengas claro tu propósito, te será más fácil determinar lo que debes hacer para lograrlo y en adición, sentirás un gran estímulo para actuar, ya que esas acciones te permitirán alcanzar aquello que realmente deseas en la vida, en vez de simplemente hacer cosas sin un propósito claro.

  • DECIDE EN FORMA CONSCIENTE: Antes de comenzar algo, especialmente si requiere mucho esfuerzo y dedicación, detente a reflexionar si eso es algo que te acercará a tu vida ideal. ¿Qué quiere decir esto?

    Muchas veces hacemos cosas como ‘pollo sin cabeza’, sin sentido ni propósito definido, solo nos dejamos llevar por los convencionalismos o por lo que otros dicen que hay que hacer. Entonces nos desmotivamos en la mitad y terminamos abandonando o lo completamos a desgano y sin que nos haya aportado algo verdaderamente significativo. Seguro te ha pasado, a mi muchas veces.

    Para que no te suceda eso, antes de iniciar detente a pensar y si llegas a la conclusión de que realmente lo deseas hacer, entonces hazlo y la motivación estará de tu lado.

    Si por el contrario te das cuenta de que no es algo significativo para ti y decides no hacerlo, entonces no habrá motivo para sentir culpa ni remoridimiento y podrás ocupar tu tiempo a otra cosa con más sentido para ti. ¿Puedes verlo?

  • EVITA LOS ARGUMENTOS PERMISIVOS: Recuérdate a ti misma que cada vez que piensas “no pasa nada por un día que me retrase, tengo tiempo”; “miro Facebook, pero solo cinco minutos”; “ya empezaré mañana, que es lunes”, estás fallándote a ti misma e impidiendo que tus objetivos se concreten. Deja de lado cualquier tipo de excusas y simplemente hazlo!

  • CREA UN CRONOGRAMA DE TRABAJO: Para mejorar la organización de tus tiempos no hay nada mejor que diseñar de antemano un cronograma con las diferentes actividades de la semana. De esta forma evitarás las vacilaciones, olvidos, retrasos, y claro, la procrastinación. Si sabes lo que hay que hacer y cuando es más fácil enfocarte, ¿cierto?

    Puedes hacerlo cada domingo, por ejemplo. Tip: Te puedes ayudar con las diferentes apps de gestión de tareas (la descargas en tu cel u ordenador).

  • PLANIFICA Y SUBDIVIDE EL TRABAJO: Para motivarte y que no te resulte abrumadora una tarea larga o compleja te sugiero que la dividas en submetas y marques lapsos de tiempo para irlas haciendo de a una. Esto implicará algo de planificación, pero redundará en un ahorro de tiempo y energía desperdiciadas en vacilaciones. Mas abajo te explico a detalle como subdividir el trabajo con la ‘Técnica Pomodoro’, sigue leyendo.

  • EVITA LAS DISTRACCIONES: Esto es FUNDAMENTAL, seguro que lo sabes. Suprimir las tentaciones es tan eficaz como complicado de hacer. Aunque es fácil quitar el celular de la habitación mientras estamos realizando una tarea, nuestro cerebro se niega a hacerlo; y si lo dejas cerca está constantemente pidiéndote que lo mires. ¿Te pasa?

    Esto tiene una explicación fisiológica. Cuando navegamos por las redes sociales, muchos de los estímulos que allí se nos ofrecen nos generan ‘subidones de dopamina’ en el cerebro que nos produce intenso placer, y claro, ganas de seguir experimentándolo. Obviamente que esto funciona como una droga a las que nos hacemos adictas. ¿Dónde está la clave entonces?

    La clave está en detenerte, reflexionar y decidir si ese tiempo de esparcimiento vano te permite acercarte a tu vida ideal o no. Si la respuesta es no, entonces no le des más vueltas, sencillamente apaga y quita el teléfono móvil y otros dispositivos electrónicos del lugar donde estás trabajando. ¿Viste que no es tan difícil? Se trata de voluntad y amor propio.

  • UTILIZA LA TÉCNICA ‘1,2 y 3’: Esta en una sencilla y poderosa técnica. Todo lo que tienes que hacer es decir mentalmente o en voz alta “1,2 y 3” e inmediatamente realizar un movimiento físico que te permita hacer o iniciar la acción que debes hacer.

    Por ejemplo, si tienes delante de ti ese documento word del que hablamos antes donde solo dice “Articulo”, entonces di “1,2 y 3” y escribe una palabra o una frase para iniciar el trabajo. Esa frase bien podría ser: 'Titulo: "Cómo dejar de procrastinar"'. Ah, y después de ese primer impulso no te detengas, permite que la inercia haga su efecto hasta finalizar la tarea. Pruébalo, verás que funciona.

  • TOMA UN BREVE DESCANSO AL CONCLUIR CADA UNA DE LAS TAREAS PARCIALES: Cuando la tarea que debes realizar es compleja o insume muchos pasos y tiempo, es conveniente que la dividas en sus tareas. Al finalizar cada una de esas divisiones tomas un breve lapso de desconexión y descanso de la actividad. Volveré con esto cuando te hable de la ‘Técnica Pomodoro’.

  • COMUNICA TUS DECISIONES: Es más fácil cumplir lo que te has propuesto hacer si existe el compromiso público de hacerlo. Si te lo piensas es un poco triste, pero la verdad es que nos sentimos más inclinadas a cumplir si nos hemos comprometidos con los demás, a si lo hemos hecho únicamente con nosotras mismas. Cuack!

  • ESTABLECE PLAZOS INAPLAZABLES: Si eres de las que prefiere hacer las cosas bajo presión, esperando el último momento para ‘poner manos a la obra’, te sugiero que te marques un plazo límite de finalización. Si a ello le sumas la comunicación a los demás de dicho plazo (tu equipo de trabajo, un amigo o familiar), crearás un compromiso que te resultará más fácil de cumplir.

  • DEJA TIEMPO PARA IMPREVISTOS: A la hora de establecer plazos para finalizar una actividad siempre deja un margen de tiempo para imprevistos, es decir, proponte finalizarla por ejemplo un día antes de la fecha límite. Pero cuidado, no te hagas trampa, no retrases el trabajo porque ‘tengo un día más’. La idea es que lo acabes antes y solo si surge un imprevisto lo hagas “in extremis”. Se entiende?

  • RECOMPÉNSATE POR HABER HECHO LA TAREA: No todo se trata de esfuerzo. Cuando se asocia una tarea tediosa o que requiere esfuerzo con algo agradable como recompensa, automáticamente tu cerebro aumenta la motivación. Entonces, date premios por metas alcanzadas. Uno de mis preferidos, es un buen baño de tina ¡con burbujas y todo! (Tip: el truco está en que debo terminar rápido para darme el gustito antes de que lleguen mis hijos de la escuela).

  • HECHO ES MEJOR QUE PERFECTO: Otra de las razones para no terminar una tarea es el perfeccionismo que te lleva a enfrascarte en algo dedicando mucho tiempo y dejando otras tareas por resolver. Sin embargo es más saludable y satisfactorio tener varias tareas terminadas de notable que sólo una de sobresaliente. Prúebalo!

  • ORGANIZA TU TIEMPO: ‘Técnica Pomodoro’

Acá va lo que te mencionaba antes, la ‘Técnica Pomodoro’.

Esta técnica está diseñada para romper con la procrastinación aplicando una estructura que impulse a la acción. Para alcanzar este propósito se aprovecha del hecho de que el cerebro tiende a particionar, a dividir para ejecutar una acción.

La base de la técnica es la autorregulación del tiempo y establece 5 pautas para su optima organización. Toma nota:

  • Elige una actividad para completar

  • Pon el temporizador en 25 minutos

  • Trabaja sin distracciones hasta que suene el temporizador

  • Toma un descanso de 5 minutos

  • Cada 4 bloques de actividad, toma un descanso más largo de entre 15 y 30 minutos

Es necesario acostumbrarte a respetar los plazos para que se conviertan en un método. Además, por contradictorio que parezca, detener una actividad a la mitad del trabajo es un incentivo extraordinario para reiniciar el nuevo tramo con la energía adecuada.

El objetivo de la Técnica Pomodoro es centrar la atención en esos 25 minutos, con la recompensa de un descanso tan pronto como suene el temporizador. Es importante que no extiendas el trabajo más allá del temporizador. En los 5 minutos de descanso puedes realizar actividades muy sencillas como beber un vaso de agua, tomar un café, estirarte, tomar aire fresco, etc.

Tip: Puedes descargarte la app “Pomodoro Timer” para ayudarte a aplicar la técnica. Pruébala y después me envías un email para contarme como te fue!

  • BONUS: Mi Técnica Favorita

Ahora te voy a dejar mi 'técnica maestra'. Cuidado porque no es para todas!

Se trata de conectar con una emoción impulsora o conectora, te cuento. Cuando estás muy atorada en la pasividad y apatía, no encuentras entusiasmo ni voluntad para ponerte en marcha, aun sabiendo que debes hacerlo para conseguir lo que deseas o necesitas, entonces evocar una emoción impulsora como el enojo te puede ‘sacar del pozo’. What??

Deja que te explique. Cuando te gana la apatía, te sientes incapaz, sin fuerzas entonces no haces nada. Al poco llega la angustia y tu autoestima se va a pique. Me ha sucedido.

Mi estrategia en estos casos es darme unos minutos para conectar con mi emoción, comprenderme, empatizar conmigo misma. No se trata de ser dura y darme ‘golpes de pecho’ para sacar mi enojo, sino ser compasiva pero firme y desde esa firmeza guiarme como lo haría una madre o una buena amiga de vuelta al camino de mi propósito.

Para lograr esto, haz lo siguiente (es lo que yo hago):

Imagínate habiendo hecho o decidido eso que vienes postergando. Conecta con la sensación de entusiasmo y orgullo que sentirás al alcanzar el resultado que anhelas.

Sin abandonar esa sensación, recuérdate en forma amorosa pero firme que debes hacer determinadas cosas, que ahora estás posponiendo, para poder alcanzar ese resultado.

Ahora, conecta con tu enojo. Para conseguirlo visualízate a ti misma viviendo el último día de tu vida. Imagina que no has logrado alcanzar tu propósito, que fuiste vencida por la desidia y el desgano cuando eras más joven y tenías el tiempo y la fuerza para hacer lo que era necesario hacer para forjar tus sueños. Pero ahora ya es tarde.

En ese momento ES VITAL que no te quedes en sentimiento de tristeza, sino que lo TRASCIENDAS AL ENOJO y luego lo TRASMUTES EN CORAJE.

Te explico como ejecuto yo el proceso. Cuando me visualizo fracasada al final de mi vida, inmediatamente tomo consciencia de que eso es solo una posibilidad y que aún estoy a tiempo de revertirla, que ahora es el momento de actuar. Es entonces que transito mentalmente por la fase de enojo por no estar haciendo lo que debería, y la transformo rápidamente en la fuerza impulsora o coraje, que necesito para pararme y actuar en ese mismo momento.

Repito, es esencial que NO TE QUEDES ESTANCADA en el sentimiento de tristeza. Si sientes que esta técnica no es para ti, entonces vete con otra distinta. Si decides probarla, úsala como trampolín hacia el enojo primero y hacia el coraje después. ¿Te hace sentido?

Espero que este blog haya sido de utilidad para ti, que saques algunas ideas para vencer tu procrastinación y sobretodo que las apliques.

Si quieres hacerme alguna pregunta o sugerencia, con gusto leeré tu email o mensaje de WhatsApp. Al pie de esta página tienes los botones de contacto.

¡Nos leemos en el siguiente post!

Leer siguiente post

VISIÓN DE FUTURO: Diseñando tu Vida Ideal
VISIÓN DE FUTURO- Diseñando tu Vida Ideal VISIÓN DE FUTURO- Diseñando tu Vida Ideal