Mi Historia de Reinvención Personal y Profesional parte #3

Descubre las herramientas y técnicas que a mí me sirvieron para pasar de la frustración a una vida con propósito.

MI HISTORIA DE REINVENCIÓNDESARROLLO PERSONAL

10/12/202310 min leer

amor propio, autoconocimiento, mujer mediana edad, crisis
amor propio, autoconocimiento, mujer mediana edad, crisis

Hola!

¡Guau! Ya vamos por el tercer capítulo de mi historia de vida (si aún no leíste las partes 1 y 2, te invito a que lo hagas antes de leer este post). Te prometo que este va a ser el último post de esta serie y aquí te voy a develar las estrategias que me sirvieron para concluir definitivamente la crisis existencial que me acompañó por más de una década y a encausar mi vida hacia el éxito. ¡Vamos!

El primer paso es el Autoconocimiento

Suena obvio, ¿no?

Por más lógico que suene, o incluso creamos que nos conocemos, lo cierto es que no lo hacemos. Créeme que a mí me costó muchísimo darme cuenta, pero una vez lo hice, un mundo de nuevas posibilidades se abrió delante de mis ojos.

Antes de seguir, ¿sabes lo que es un paradigma? Un paradigma es una convicción firmemente arraigada en nuestro subconsciente, es una creencia incuestionablemente cierta. Ellas nos sirven para sentar bases lógicas en nuestra vida. Esas bases se traducen en nuestros pensamientos, éstos en nuestros sentimientos, luego en acciones y finalmente en resultados tangibles. Genial, ¿cierto?

Bueno.... es genial si esos paradigmas son verdaderos, o al menos útiles, digamos beneficiosos para tu vida, como por ejemplo que eres una persona valiosa que merece respeto y amor. Puedo asegurarte de que tu subconsciente trabajará para que esa convicción se refleje en tu realidad.

¿Pero qué pasa si el paradigma no es tan bueno? Pongamos por ejemplo que tu creencia subconsciente es que los hombres solo se aprovechan de ti y que más vale no confiar. ¿Qué crees que sucederá? Te aseguro que no harás otra cosa que toparte con estos tipos indeseables. Solo conseguirás parejas que reafirmen tu paradigma.

¿Cuesta ‘digerirlo’, cierto? No te preocupes, a mí me pasó igual. Al principio, no creía ni una palabra de lo que leía, iba muy en contra mis paradigmas jaja (ahora me río)

Podría hablarte horas de este tema, y no quiero hacerlo en este post, así que lo dejaré para otro posterior. Ahora lo que quiero trasmitirte es que no lograrás ningún cambio significativo en tu vida si antes no replanteas, cuestionas y cambias tus creencias si es necesario. Pero debo advertirte que es un trabajo duro, tanto por las confrontaciones a nivel emocional, como por la voluntad que requiere.

Te aseguro que hablo con propiedad sobre este tema. Yo era (y aun soy en ciertos aspectos) la ‘reina de los paradigmas negativos’ ¿y sabes que era lo peor? que ¡no me daba cuenta!

Incluso después de comenzar a permitirme contemplar la posibilidad de que yo pudiera ‘quizá’ tener alguno de estos ‘paradigmas limitantes’ establecido en mi subconsciente, ¿cómo rayos lo iba a descubrir y cambiar?

Todos estos cuestionamientos comenzaron a surgir y aunque por mucho tiempo no tuve una respuesta clara, créeme que me siento sumamente dichosa de habérmelos planteado y haber sido persistente hasta hallar respuestas concretas y útiles para mi proceso de transformación. Estas respuestas son las que quiero compartir contigo para ahorrarte camino. Lo único que te pido es que, si te has sentido identificada o algo dentro tuyo te dice “ok, tal vez esto me sirva”, entonces date la oportunidad de seguir leyendo.

No te voy a mentir, en estos últimos 3 años he leído decenas y quizá cientos de libros sobre desarrollo personal, espiritualidad, incluso medicinas alternativas y energéticas. También he tomado cursos y asistido a innumerables webinarios de expertos en diferentes técnicas como por ejemplo ‘eneagrama’, ‘sanación del niño interior y 'constelaciones familiares”, entre otros.

Como verás, me he tomado muy en serio esto de autoconocerme. No te digo que tu tengas que hacer lo mismo, pero sí quiero que sepas que hay muchas formas en las que puedes ‘hallar la pista’ de lo que sientes o intuyes que te falta en tu vida. En mi caso, el trabajo requería profundidad (¡recuerda que salí corriendo de mi vida 3 veces!)

¿Con justa razón te preguntarás ¿“y yo cómo puedo saber si mis paradigmas me están limitando en algo?” A eso vamos.

Paradigmas limitantes, ¿cómo reconocerlos?

Pongámonos prácticas para que esto se entienda mejor. Después de mucha reflexión y estudio di con la clave y te sorprenderá lo sencilla que es:

La forma de saber si tienes paradigmas que no te benefician = OBSERVA TUS RESULTADOS (¡chan!)

Así de sencillo. Pongamos ejemplos:

  • Se repiten parejas que te engañas o son abusivas en algún aspecto = paradigma de falta de merecimiento

  • Tienes dificultades económicas constantes = paradigma de escasez

  • No encuentras tu lugar entre tus colegas o allegados = paradigma de falta de valía

Estos son solo tres de muchos otros que pueden estar sucediéndote. Te darán la pauta y luego te tocará a ti hacer la introspección para detectar en cuál o cuáles aspectos de tu vida estas cosechando reiteradamente resultados indeseables o poco satisfactorios. Y no te sientas mal si notas que varias cosas no van del todo bien, ¡¡¡en mi caso fue en todos los aspectos de la lista!!! Y no me da pena decirlo porque quiero que sepas que no estás sola, que es más común de lo que puedes estar pensando.

La clave para salir de ello es hacerte consciente y ponerte manos a la obra para cambiarlo. Te aseguro que por más doloroso que sea afrontarlo, más doloroso es vivir ‘de ojos cerrados’ diciéndote que tienes mala suerte o que ‘así es la vida’. ¡No! La vida no es así. ¡Así la cocreamos nosotras! La vida es tan bonita o tan triste como le permitamos serlo. Y dime... ¿qué prefieres una vida triste o una bonita? Doy por sentado que eliges una vida bonita (si no, no sigas leyendo) ¡Vamos a por ello!

Ahora, te preguntarás y ¿de dónde vienen esas endemoniadas creencias? Pues vienen básicamente de nuestra crianza, fue lo que vivimos y oímos de nuestro entorno mientras íbamos creciendo. Principalmente de nuestros padres o personas adultas que nos cuidaron desde que nacimos, pero también de maestros, consejeros religiosos, entrenadores e incluso de nuestros pares. De todos ellos ‘mamamos’ nuestras creencias y en base a ellas vivimos nuestras vidas hasta que dejamos esta tierra. A menos claro, que decidamos cambiar lo que no nos sirve. ¡Aja!

Y no te sientas mal por querer cambiar ideas o costumbres que adquiriste por ejemplo de tu familia, porque si no te ayudan, no te hace bien mantenerlas so pretexto de no ‘hacer sufrir a los míos’. Créeme que una vez que sanes tú estarás haciendo un bien a todo tu clan, aunque no lo perciban a primera vista. Y hay más aun, si tú sanas, ya no legarás esos lastres a tu descendencia. En mi caso son mis hijos, además de mí misma, el motor que me impulsa al cambio positivo en mi vida. Seamos sinceras, ¿qué prefieres? ¿Que tus hijos te vean como una mujer abnegada, pobre y que sufre? ¿O como una mujer que se quiere y respeta a sí misma y que es abundante en todos los aspectos de su vida, incluyendo el económico? Si la respuesta no surge como resorte, entonces piensa en qué vida quieres que lleven ellos cuando sean adultos.

Ok, hasta ahora te he mostrado, espero, cómo el autonocimiento es la clave del cambio de una vida insatisfactoria y gris hacia una de autovaloración y éxito (que viene como consecuencia). Y te dije que autoconocerse inicia con una introspección y autoanálisis. ¿Pero y qué viene antes?

Aquí te voy a dar uno de mis mayores y más recientes aprendizajes. Y aunque yo no lo descubrí hasta bien avanzado mi proceso de sanación, es algo que debería ir primero y encima de todo: AMARSE A UNA MISMA!

Y lo pongo con mayúsculas porque está tan infravalorado que da pavor.

Piénsalo, ¿cuántas veces te han dicho o has escuchado que ponerte primero o incluso referirte a ti misma con orgullo destacando tus cualidades positivas, está mal?, que ¿“quién te crees que eres?” ¡¡¡Hay Dios!!! ¡¡¡¡Si nos han enseñado que mostrar orgullo y respeto por nosotras mismas es pecado, cuanto más pecaminoso será demostrar abierto amor propio!!!!

¡Qué triste! Pensar que consciente o inconscientemente casi el 100% de las mujeres pensamos y sentimos así. Aun aquellas que creemos que nos queremos a nosotras mismas en realidad no lo hacemos. Y otra vez te hablo por experiencia propia.

En mi caso, que no es la excepción a la regla, pero ya lo estoy revirtiendo gracias a haberme hecho consciente, las señales de falta de amor propio fueron estas:

  • Tener parejas egoístas (al menos así lo percibía yo)

  • Tolerar a personas y situaciones con las que no me sentía a gusto

  • No hacer valer mis derechos en el ámbito laboral

  • Sentir que no encajaba en ningún ámbito social (reuniones familiares, grupos de amigas, colegas)

¡Ya ves que yo tenía bastante tela para cortar!

Tal vez a ti te pasa lo mismo y hasta ahora caes en la cuenta de por qué y que se puede trabajar y sanar. ¡Qué bueno! Porque repito, más vale hacerse consciente, aunque el descubrimiento duela y tener entonces la oportunidad de cambiar, que permanecer dormidos en la inconsciencia hasta el último de nuestros días.

Antes de que siga, dime, ¿te está sirviendo lo que te he compartido hasta ahora? Me encantaría saberlo para no sentir que estoy hablando para nadie. Te soy sincera al decirte que si mis aprendizajes (a los porrazos) sirven para hacer la vida más fácil y entendible al menos para una persona, entonces ya habrá valido la pena por completo. Me haría muy feliz que me envíes tu comentario por email. Al final del post encuentras los botones de contacto para que lo hagas. Pero ahora sigamos porque la charla está buena.

Amarte Primero a Ti

Ok, entonces ya te develé el imprescindible paso #1 de cualquier proceso de autoconocimiento y toma de consciencia: amor propio.

¿Pero y cómo lo pongo en práctica? Te preguntarás.

No te voy a mentir, no es fácil, sobre todo al principio. Porque claro, hace muchos muchos años que venimos haciendo justamente lo contrario.

Entonces te voy a contar como lo hice yo y conste que lo sigo haciendo porque es una decisión diaria, al menos hasta que lo internalice como un nuevo paradigma, pero esta vez ya no como paradigma limitante, sino como uno empoderante. Déjame repetir eso porque suena bien, queremos en nuestras vidas solamente “PARADIGAMAS EMPODERANTES”. ¡A eso vamos!

Una vez más, tomar consciencia es fundamental, entonces tomé la decisión consciente de demostrar que me amaba a mí misma. Y esa demostración era tanto interna como externa, es decir, tanto hacia mí misma, como hacia otros. De las dos, la primera es la más difícil, ¡pero se puede!

Para dejártelo más claro, te voy a dar ejemplos concretos de lo que hice:

Afirmaciones positivas. Seguro que de esto ya habrás escuchado hablar más de una vez. Hay cierta polémica en torno a si sirven o no y no me voy a explayar en ello. Lo que sí te voy a decir es que decir afirmaciones como loro sin hacer nada más, ¡no sirve! Aunque repitas tus afirmaciones 50 veces al día o te las pongas en bucle con audífonos toda la noche, lo hice (y terminaba con dolores de cabeza cada mañana).

Lo que sí sirve de las afirmaciones es decírtelas en momentos claves en los que necesitas ese ‘empujoncito extra’ para tomar una decisión o una acción. Lo que yo hice fue decirme algo así como “vamos, hazlo, tú lo mereces” o “no permitas eso, demuestra tu valía” e incluso en otros momentos “eres suficiente, lo lograrás”. No son frases ‘sacramentales’, es decir que tú las puedes ir adaptando según el momento y como resuenen contigo.

Como vez se trata de entrenar tu voz interior para que trabaje a tu favor en vez de hacerlo en tu contra. ¿A qué me refiero con esto? A que muchas veces nos decimos en automático frases negativas como “ni lo intentes, no lo lograrás”, de hecho, es lo que más ‘naturalmente’ nos sale. Lamentable.

Lo que yo te propongo aquí es revertir la regla entrenándote para ser ¡tu propia porrista!

No subestimes el poder de esta técnica por sonar muy sencilla. Personalmente me sirvió para:

  • Poner un freno a las irrespetuosidades de mis hijos hacia mi (que permití por mucho tiempo ‘gracias’ al sentimiento de culpa que te conté en el post anterior)

  • Darme un tiempo y un espacio para mi sola, que suelo utilizar para dar una caminata o tomarme un café. Antes estaba constantemente al pendiente de lo que mis hijos me pidieran.

  • Finalmente solicitar el divorcio que había dilatado demasiado.

  • ¡Comenzar este blog!

Aquí he mencionado cuatro hitos o grandes cambios que se han generado a partir de que decidí comenzar a amarme consciente y consistentemente, y ello no significa que haya dejado de amar o los demás o que me haya vuelto más egoísta. De hecho, el cambio ha repercutido positivamente en todos en mi entorno. Mis hijos me ven más contenta en nuestro tiempo juntos, ya no estoy a la defensiva o culpabilizándolos. Ahora sencillamente les digo alguna de estas frases: “ahora mamá tiene otra cosa para hacer, luego hablamos” (muchas veces es mi caminata); o “no voy a tolerar esa actitud hacia mí, vuelve cuando estés tranquilo”.

Y si este no fuera suficiente estimulo, te digo uno más, tus hijos tienden a imitarte, recuerda que tú eres la fuente de sus propios paradigmas, así que aprovecha y siembra en ellos la semilla de la autoestima.

Te invito a que reflexiones sobre lo que te acabo de compartir. Piensa en qué situaciones y con qué personas estas dejando tu valía a un lado. Hazte consciente de que, si no te amas a ti misma, le estarás mostrando a otros que ellos también tienen el derecho de tratarte de la misma forma. Y te doy otra clave aquí, lo que ves allá afuera es el reflejo de lo que hay en tu interior, esa es la ley del espejo. Pero uyyyyyy! Allí sí que hay mucho para hablar, y lo voy a hacer, te lo prometo, pero será en otro post porque este ya se ha hecho suuuuper largo.

Resumen de los aprendizajes que te compartí en este post:

  • Auto conocerte es la clave para iniciar un proceso que te conduzca de la insatisfacción hacia una vida con significado

  • Amarte a ti misma es el imprescindible paso #1. ¡Se tu propia porrista!

  • El amor propio no es egoísmo y solo traerá equilibrio y serenidad a tu vida. Además, cuando lo aplique mostrarás a otros cómo deben tratarte.

  • Cuando cambias tus ‘paradigmas limitantes’ por ‘paradigmas empoderantes’ siembras en tus hijos las semillas buenas con las que cultivarán una vida próspera y feliz. ¡¿Dime si esto no te sirve de estímulo?!

Ok, voy a dejar este post hasta aquí para no atiborrarte de información y que puedas reflexionar. Si tienes un comentario o pregunta, aquí debajo te dejo el botón para que me envíes un email. Y en el próximo post te voy a seguir develando más herramientas y técnicas para que sigas evolucionando como lo hice yo. Te recuerdo que todo lo que te comparto esta 100% probado de antemano por mí y sé que funciona para ayudarte a generar la toma de consciencia que te sacará de la frustración en la que te encuentras. ¡Te espero en el siguiente post!

LEE EL SIGUIENTE POST!

mujer, autoconocmiento, desarrollo personalmujer, autoconocmiento, desarrollo personal
Desarrollo Personal: El Inicio del Camino